Para mí, las flores son mucho más que decoración: son una forma de transmitir emociones y dar vida a los sentimientos. Cada encargo es único, porque cada persona y cada momento también lo son.
Soy florista por vocación, con una trayectoria marcada por la pasión y el cuidado en cada detalle. A lo largo de mi carrera he tenido la oportunidad de crear decoraciones florales para eventos muy mediáticos, corporativos y en hoteles de prestigio, donde cada proyecto requería excelencia, precisión y creatividad.
Al mismo tiempo, disfruto profundamente de los eventos más íntimos, aquellos en los que las flores se convierten en un valor añadido que transforma los momentos en recuerdos únicos. Para mí, cada ocasión —grande o pequeña— es una oportunidad de contar una historia a través de las flores, aportando armonía, belleza y emoción.
